¿Qué es el artista?

¿Qué es el artista?

¿Qué es un artista? ¿Siempre han los existido artistas? ¿Cómo las tres fases de construcción del espectador coinciden con el paso del artesano al artista? y ¿Por qué el arte es un concepto tan ambiguo?

Contemplamos una obra de arte, pero generalmente no tenemos presente la variable de intervalo temporal, erróneamente tenemos más asumido que las obras de arte son atemporales. El ser humano creó su propia interpretación del término “tiempo”, lo hizo linealmente para hacerlo más entendible al discernimiento, y en esa escala lineal ha ido desarrollándose la historia, y con ello las obras de arte, por lo tanto, el tiempo es consustancial e inmanente a la obra, mi línea argumentativa no es una innovación, ya la remarcó el historiador de arte y cultura, Jacob Burckhardt[1], al acentuar las inherencias relacionales entre arte e historia.

Cuando observamos la obra de Kazimir Malévich, “El cuadrado negro sobre un fondo blanco”, la descontextualizamos, al igual que hace un museo o una pinacoteca, lo hacemos porque la justipreciamos desde nuestra perspectiva histórico/temporal, y con ello deducimos erráticamente que es una obra simple, ni siquiera le asignaríamos el término de “obra de arte”, una simple figura geométrica en color negro (si es que podemos afirmar que el negro es un color), sobre un fondo blanco, al igual que la teoría de los espacios expositivos de Brian O’Doherty[2], que bien podría ser el trabajo o cometido de cualquier sujeto, pero que lo asume Malévich. Ahora bien, ¿por qué entonces aseveramos que Malévich es un artista? ¿por qué la crítica y los versados en la materia lo califican de artista y de obra de arte? La respuesta no es baladí, pero sí que nos permite inmiscuirnos en los dictámenes de artista, arte y espectador.

Malévich es un artista porque cuando contemplamos su obra y la volvemos a contextualizar, le volvemos a añadir el factor “tiempo”, entre otras variables que remarcaré, y si ese factor “tiempo” lo estipulamos teniendo en cuenta la variable en el momento de su creación, la obra cobra sentido[3], porque Malévich crea una obra de arte en un tiempo determinado de esa escala lineal, porque Malévich se torna artista, porque innova en su tiempo[4], al igual que hizo Picasso con sus collages[5], son artistas que trascienden su propio tiempo, no solo reducen el arte a conceptos abstractos como definía Hegel, van más allá de la mera creación, pero no nos confundamos, también hay artistas que no innovan, sino que son artistas por otras cualidades, especialmente por la “Téchne” griega, esa técnica que dota la obra del artista de vida propia, porque la técnica forma parte del contenido, ejemplo claro sería el impresionismo de Van Gogh, o esa perfección hiperrealista, como la del actual Rubén Belloso[6], que crea retratos a pastel, excesivamente fieles a la realidad.

Tantas variables son las que conforman a un artista como a su obra, y esa pluralidad de variantes son las que nos llevan a la ambigüedad del término, pues hasta el mismo Picasso afirmaba que el arte es una mentira que nos acerca a la verdad[7].

Hay quien afirma que el arte es un lenguaje, con una semiótica y simbología que provee de sentido al signo para asemejarlo a nuestra realidad, a nuestro modo de producción y a nuestra percepción, de hecho, el signo ha de manifestar, ha de evidenciar, en definitiva, ha de comunicar, y el espectador ha de analizar hasta lo que no es analizable, lo que Julia Kristeva[8], referente semiótico, definía como la “alteridad inexpresable”.

Otros consideran que el arte es una herramienta, una herramienta que no solo nos permite cierta comunicación, sino que nos llena de una “experiencia estética”, eso sí, inseparable de toda forma de trabajo y de lenguaje, todavía se observa más ambigüedad al introducir los términos de “experiencia estética”, si nos cuesta definir aquello que es arte, incluso al artista mismo, aún más difícil es definir la respuesta del artista desde la óptica del receptor o espectador.

Conviene relacionar en esta exposición el término “receptor”, porque realmente las obra de arte, son obras y son arte porque el receptor las dota de valor significativo, tal y como dice Campàs, “No hay arte sin sociedad ni sociedad sin arte[9], sentencia que podemos contraponer a la de Margaret Thatcher “No existe la sociedad, solo existen los individuos[10]”, en cuyo caso…¿no existiría el arte?, o ¿existe el arte y la sociedad porque ambos se complementan?

El receptor observa, analiza y percibe la obra, la representa, la convierte en modelo en su abstracción, la reproduce a su mundo, pero no a su mundo real, sino a su mundo representado, al igual que hacíamos con el cuadrado de Malévich, necesitamos de esa abstracción para comprender desde nuestro mundo representado la obra por sí misma, interpretar sus códigos, su lenguaje, pero sin reducir la obra a una mera estética, porque no todas las obras tienen la intencionalidad del artista, porque no todas las obras comunican ni representan lo mismo, pero sin caer en la provocación baudrillardiana[11] de confusión entre bello y feo, la obra de arte trasciende la simplicidad de belleza y fealdad, y con ello no refuerzo las ideas del posmodernismo de Lyotard[12] con un “todo vale”, sino que refuerzo la teoría de que cada obra de arte ha de ser analizada y comprendida de manera individual en nuestro mundo de representaciones, incluyendo aquí el arte colectivo, alejándonos del ponderamiento objetivo.

He de reconocer que el museo descontextualiza la obra de arte, que la despoja de su funcionalidad y simbolismo, con ello convierte la obra en una experiencia estética, pero es el espectador quien debe interpretarla y analizarla (praxis artística), y para ello nos abstraemos, generamos ese modelo[13], y la volvemos a contextualizar, de ese modo la comprendemos, y es en esa comprensión donde le asignamos un significado, donde la elevamos o no a obra de arte, y con ello al término de artista a su creador, porque un artista es aquel que crea arte en su definición más básica.

Durante el romanticismo se entendía el arte como una expresión de emociones personales, sirva de ejemplo los cuadros de Turner, con pinceladas de luz y color que exaltan la belleza de la naturaleza, cielo y mar, aproximándose a la abstracción, innovador frente a sus coetáneos victorianos, de ahí que se recrease provocando emociones en el espectador, pero la tecnología y el cambio sistémico de pensamiento racional nos iría acercando cada vez más al objeto, a la obra, por ello abandonamos la racionalidad kantiana sin percatarnos de que el arte nos aboca a la paradoja weberiana donde la racionalización[14], que pretendía dotar de explicación todo, nos aboga a la incomprensión, y es esta incomprensión la que sufrieron multitud de artistas, sobra con remarcar que Van Gogh no vendió un solo cuadro en vida.

En cuanto al receptor, Joan Campàs, en su escrito “Sobre el receptor[15]”, define las tres etapas de la conducta del público, donde el espectador tuvo que pasar por cambios conductuales, uno anterior al s. XVIII donde el arte se asociaba a su simbología y poder, por venir de la mano de la iglesia y de la monarquía, pasando a un cambio conductual en la estética en el público, en la línea de que el receptor debe aprender a emocionarse, porque el cerebro solo aprende si tiene emociones, sentimientos, aquello que le provoca reacción, y de ahí que Adam Smith y David Hume sentenciaran que “El objetivo principal de las artes era producir placer[16], aquí es donde nos encontramos con una separación diferenciada entre artesano y artista, entre obra y utensilio, pero la evolución social y los cambios tecnológicos nos llevarían a un tercer estadio conductual, el del espectador como partícipe, sirva de ejemplo las obras de teatro participativo y político de Bertolt Brecht y las industrias creativas de nuestro siglo que se valen de la creatividad, ingenio y talento de los receptores para englobarlos en la producción y generar riqueza.

[17]Pondré como ejemplo una obra de arte, en concreto del séptimo arte, una película de Francis Ford Coppola, “Apocalypse Now” (1979). Dicho film es en sí mismo una obra maestra, una obra de arte visual, auditivo y estético. Compuesta por cada una de sus partes individuales, que de por sí solas son también obras de arte, hacen del conjunto mayor obra, con música de Richard Wagner, “La cabalgata de las Valquirias[18]”, junto a una interpretación de artistas inolvidables, resaltar a Marlon Brandon y Robert Duvall, y un argumento que sitúa al espectador y lo ambienta en la guerra del Vietnam (contextualización), con frases como la del icónico Teniente Coronel William “Bill” Kilgore (R. Duvall) cuando ofrece un discurso sobre el encanto del olor de napalm por las mañanas, recordando a la concurrencia que lo ofrece en un momento donde la fotografía de Nick Ut obtuvo el Pulitzer por “La niña del napalm” (Phan Thị Kim Phúc), una niña quemada y horrorizada por el ataque de los bombardeos norteamericanos en la región (1972) y considerada una obra maestra de la fotografía. Un conjunto de obras maestras individuales que se juntan para conjurar otra obra de arte, un arte que renace dentro del arte.

Si cada una de sus partes es una obra de arte, el conjunto transciende la individualidad de sus partes. Es el conjunto el que le confiere a uno y a otro su designio de ser artista y de ser obra, y es el conjunto el que introduce la tecnología, el medio, la materia y al espectador dentro de la interpretación de la obra, lo decía la escuela gestaltiana, “El todo es más que la suma de sus partes”, ese “todo” es el que hace del artista y de la obra su existencia como tal, y ese conjunto se sitúa en esa variable tiempo que comentaba al inicio de este escrito.

Concluyendo, arte y artista van de la mano, no existe uno sin el otro, al igual que no existe ninguno sin espectador. El artista nace cuando nace su obra, y la obra es arte cuando el espectador la interpreta y le da significado.

Esteban Rubio Cobo



[1] Véase https://metahistoria.com/jacob-burckhardt/ (Consulta realizada el 04/03/20).

[3] Es considerada el “punto cero de la cultura”, realizada tras la revolución rusa de 1914 y el estallido de la gran guerra.

[4]Aunque hay que decir que Malevich no es del todo original… De hecho esta obra es una versión de un álbum humorístico del francés Alphonse Allais (1857–1905) que realizó también “La primera comunión de niñas anémicas en la nieve” (un rectángulo blanco) y “Cardenales apopléticos recogiendo tomates en la orilla del Mar Rojo” (un rectángulo rojo).” Véase https://historia-arte.com/obras/cuadrado-negro-sobre-fondo-blanco-de-malevich (Consulta realizada el 04/03/20).

[5] Se le considera el inventor del collage por su obra “Naturaleza muerta con silla de rejilla” de 1912.

[6] Véase https://www.artelibre.net/autor/5794 (Consulta realizada el 04/03/20).

[7] Véase artículo “La gran mentira del artehttps://www.abc.es/cultura/arte/20130207/abci-hory-201302071357.html (Consulta realizada el 04/03/20).

[8] Filósofa y psicoanalista búlgara. Véase https://www.upo.es/diario/11-febrero/2019/02/julia-kristeva-y-el-lado-oculto-de-las-palabras/ (Consulta realizada el 04/03/20).

[9] CAMPÀS, Joan. Sobre el concepto de arte.

[11] Jean Baudrillard, filósofo y sociólogo. Véase https://www.elmundo.es/elmundo/2007/03/06/obituarios/1173209927.html (Consulta realizada el 04/03/20).

[12] Jean-François Lyotard. Véase https://journals.openedition.org/revestudsoc/13905?lang=fr (Consulta realizada el 04/03/20).

[13] Generación de modelos según el método científico. Véase https://es.wikipedia.org/wiki/M%C3%A9todo_cient%C3%ADfico (Consulta realizada el 04/03/20).

[14] Teoría de la jaula de hierro de Max Weber.

[16] David Hume. El juicio estético. Véase https://scielo.conicyt.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0718-43602017000100259 (Consulta realizada el 04/03/20).

[17] Imagen “La niña del napalm”. https://www.lavanguardia.com/cultura/20120606/54304758122/foto-nina-del-napalm-40-anos.html (Consulta realizada el 04/03/20).

Imagen “Apocalypse now”. https://www.amazon.es/Apocalypse-Now-Redux-Original-Soundtrack/dp/B00005M98K (Consulta realizada el 04/03/20).

[18] Véase https://www.youtube.com/watch?v=Clg1IbQ7sNY (Consulta realizada el 04/03/20).