Reflexión sobre el potencial de los medios de comunicación para corregir los discursos hegemónicos en nuestra sociedad.
Los medios de comunicación han tenido mucho que ver y lo siguen teniendo en la guerra de Siria, de hecho, los principales medios de comunicación propiciaron el levantamiento gracias a las redes sociales, especialmente Facebook, ya que la globalización y las redes sociales rompen las fronteras, y el oprimido pueblo sirio pudo ver a través de Facebook.
Cuando Mohamed Bouazizi se quema a lo bonzo en Túnez (2010), nadie esperaba que la noticia saltase la censura del autocrático presidente tunecino, Ben Ali, y acabase indignando al pueblo árabe, dando paso a la revolución histórica del s. XXI, conocida como la primavera árabe. Dicho presidente intentó ocultar la noticia y censuró medios de comunicación, pero Facebook y el canal de TV Al Jazeera se escaparon de su censura. El propio canal de TV alentó a los telespectadores el uso de Youtube como plataforma de videos sin censura para promover la noticia[1].
Lo que no suelen explicar, es que el conflicto de Siria (entre otros como el de Irak) es controlado por dicha televisión de Al Jazeera que pertenece a los catarís, junto con la BBC inglesa, la CNN americana, la France24 francesa y la Sky News británica, países anglosajones, franceses y qataríes, antiguos y modernos colonizadores con intereses en las zonas afectadas. Cabría añadir que los medios de comunicación internacionales y nacionales se nutren de las informaciones de estos medios, ya que el resto de los medios no disponen de las infraestructuras, corresponsales ni medios económicos ni políticos para obtener su propia fuente, de aquí podemos extrapolar lo que afirmaba N. Chomsky:
“El propósito de los medios masivos no es tanto informar sobre lo que sucede, sino más bien dar forma a la opinión pública de acuerdo con la agenda del poder corporativo dominante”[2].
Cuando en el 2011 unos niños de instituto pintaban en las paredes del centro “Dr eres el siguiente” en referencia a la caída próxima de Al Assad, provocó que el vídeo corriese por las redes y Youtube, lo que provocó que los niños fuesen detenidos y torturados, al tiempo que el pueblo salía a la calle en defensa de los estudiantes, lo que inició la mecha de la debacle siria.
Youtube acabó convirtiéndose en la mayor fuente fiable de información del conflicto, luego se fueron uniendo Twitter y Facebook, estos últimos permitían la comunicación en ambos sentidos, había feedback con los interesados, lo que permitía una difusión tan fiable y extensa dentro de un territorio vetado y censurado, que, hasta los medios de comunicación como CNN, NBC, Al Jazeera, Reuters, utilizaban, manipulaban o inventaban, en ciertos casos, dichas fuentes.
Todos los medios, tanto occidentales como orientales empezaron una desinformación o “información interesada”, con el claro objetivo de influenciar en el resto de la sociedad, por ejemplo, la BBC acaba mostrando miles de niños muertos en un artículo donde condena la masacre siria en Houla, cuando esa imagen realmente pertenecía a la guerra de Iraq.
Por la parte rusa, se ha defendido más al régimen de Al Assad, por los intereses estratégicos y económicos del país, por lo que el principal medio de comunicación, Russia Today, intentaba desprestigiar al bando popular, etiquetándolos de terroristas y acusando a los medios de comunicación occidentales de falsear la realidad, en especial a Youtube.
Sanna News era y es el primer medio de comunicación en Siria, siendo correa de transmisión del régimen, por ello, ocultaba cualquier información acerca de la revuelta inicial, lo que contribuyó todavía más a la manipulación y desinformación internacional del conflicto, y es que “Cuando los ricos se hacen a guerra, son los pobres los que mueren”[3]. (Jean-Paul Sartre).
No es una novedad el uso de los medios de comunicación para influenciar y/o controlar las acciones del pueblo, el pueblo Español fue uno de los primeros en sufrir sus consecuencias en el momento en que nació la llamada prensa amarilla, cuando la guerra hispano-norteamericana de 1898 en el control de la guerra de Cuba por parte de los norteamericanos, donde los editores Joseph Pulitzer y William Randolph Hearts[4], dueños del New York World y del New York Journal respectivamente, falseaban e inventaban las noticias descaradamente hasta el punto de que Hearst ordenó a su corresponsal de zona “tú pon la fotografía que yo pondré la guerra”[5][6].
En la contemporaneidad de nuestros días, casos como la manipulación a nivel de comunicaciones móviles, sociales y computacionales por parte de la CIA según las denuncias de Edward Snowden en su obra “Vigilancia permanente”, o del periodista y activista, Julian Assange, en “Wikileaks”, nos enseñan el lado más cruel de las consecuencias de la teoría “La espiral del silencio” de Noelle-Numann, porque en su definición de “opinión pública” en asuntos controvertidos sobre los que Snowden o Assange se versan, no se pueden expresar públicamente sin caer en el aislamiento, ejercido por los poderes fácticos y por la propia sociedad, una espiral del silencio que los aparta y ejecuta sin juicios previos.
“La opinión dominante es la opinión de la clase dominante”[7]. (Karl Marx)
Es evidente que los medios de comunicación de masas pueden influir en las decisiones del pueblo, por ello son influenciables, hasta el punto de destruir a una persona, a un gobierno o a una nación, pero también se puede dar la inversa, el beneficio.
Un claro ejemplo de beneficio se constata en el artículo de la BBC sobre las claves del escándalo de Cambridge Analytica[8], la empresa que impulsó y benefició a Donald Trump para ganar las elecciones del 2016 y que hizo que en un solo día la empresa de Mark Zuckerberg (Facebook) perdiese más de 37.000 millones de dólares.
Cuando en el 2013, el profesor Aleksandr Kogan desarrolló un test de personalidad que corría como app de Facebook, recopiló información de sus usuarios y de la red de amistades de dichos usuarios, creando una base de datos bajo en concepto de Big Data. Este concepto, permite el análisis de todos los datos recopilados y no de una parte, los algoritmos empleados y los avances tecnológicos lo permiten, es por ello por lo que pudieron inferir en los perfiles psicológicos de cada usuario mediante publicidad personalizada y mediante noticias falsas que se replicaban a las diferentes redes informáticas (Twitter, Instagram, Telegram, etc). Estas acciones hicieron tambalearse los cimientos de las instituciones políticas, sociales y culturales, el cambio o manipulación de paradigma, llevó a los individuos a votar aquello que ellos creían real, a pesar de que no lo fuese.
Simular una realidad para hacerla perceptible por los individuos como “real”, es lo que comentaba Jean Baudrillard en su obra “Cultura y simulacro”, al hablarnos de hiperrealidades: “La simulación vuelve a cuestionar la diferencia de lo “verdadero” y de lo “falso”, de lo “real” y de lo “imaginario”, enmascarando y desnaturalizando la realidad creamos una simulación que para las personas es una “realidad” suplantada por los signos de lo real. La pregunta sería: Si el ser humano encuentra signos y evidencia de realidad en ese simulacro o en esa hiperrealidad, ¿Es por ello menos real?
Jürgen Habermas repudia la teoría y práctica de este posmodernismo al que nos vemos sujetos, porque nos ofrecen unas expectativas, como la promesa del retorno y la reinvención, cuando en realidad son negativos, lo que constata Fredric Jameson en sus “Teorías de lo posmoderno”. Es por esto que los artistas de esta corriente querían transformar el mundo transformando sus formas y espacio o lenguaje, lo que ya hicieron desde Picasso o Braque con el cubismo reaccionario, que va en contra de las corrientes naturalistas de la época, rompiendo las normas y creando unas nuevas, en especial la de la perspectiva, según la cual, los objetos se pierden en la distancia, con el objetivo de utilizar un procedimiento intelectual para reconstruir una realidad sin engaños, sin nada oculto, expresividad máxima en el intento de mostrar todo el conjunto, entendido como un “todo” a símil de la teoría funcionalista de Niklas Luhmann[9].
Probablemente es cierto lo que postula Jameson al referirnos que la dialéctica está más allá del bien y del mal, pero aclarar que Jameson trata el concepto de dialéctica como Hegel, no como retórica, sino como concepto para entender el mundo real, y el mundo real presume de democracia como primera forma de gobierno mayoritario, pero bajo las bases del capitalismo. Capitalismo que nos devuelve como “El mito del eterno retorno” de Mircea Eliade, al control y manipulación de los medios de comunicación de masas, por lo que sigue vigente en nuestros días de posmodernidad y transhumanismo, la “teoría crítica” influenciada por Marx y Freud, interesada más en lo que algo debe ser, que no en lo que es[10], por lo que no es de extrañar que Adorno y Horkheimer formularan su crítica de las bases intelectuales en las que se sostenía el capitalismo.
Resulta evidente que la respuesta a preguntarnos sobre cómo tendrían que ser los nuevos medios de comunicación para garantizar un uso más democrático de los medios de comunicación masivos, pasa por un control de la esfera económica ya que todo el sistema de separación de poderes postulados en sus principios por Locke y Montesquieu en el sistema democrático, como forma de gobierno mayoritaria en los países occidentales, se somete al control económico, y éste a su vez es el que controla los medios de comunicación y los “mainstream media”[11], tal y como he intentado dejar patente en este escrito.
Es en nuestros días donde vemos la efectividad de la desinformación de lo que Chomsky llamaba y denunciaba el “modelo propaganda”, con la pandemia del COVID 19 a la que nos estamos enfrentando apreciamos el incremento de bulos y desinformaciones con el único objetivo de fabricar consentimientos, en la línea de Walter Lippmann cuando usó el término de “fabricación del consentimiento” como definición de la Walter Lippmann manipulación de la conciencia pública y de control de la sociedad mediante los medios no violentos que bien pueden desencadenar en violencia, porque Lipmann es un visionario cuando ya nos hablaba en 1919 de la “revolución en el arte de la democracia”, pues ésta generaba en la población la aceptación de una cosa inicialmente no deseada mediante nuevas técnicas de propaganda, de ahí que una falsa información se implante en la hiperrealidad de los ciudadanos y cueste tanto desmentirla, porque tal vez los medios nos han hecho más críticos, pero menos racionales, ya que no somos capaces de percibir que ahora el “producto” somos nosotros.
“Llegará un momento en que la gente no se rebele. No levantarán los ojos de las pantallas el tiempo suficiente como para darse cuenta de lo que está sucediendo”. (George Orwell[12])
[1] Fuente: https://riunet.upv.es/bitstream/handle/10251/89854/AL%20-%20El%20papel%20de%20los%20medios%20de%20comunicaci%C3%B3n%20en%20la%20guerra%20de%20Siria%20.pdf?sequence=1
[2] Véase http://www.gamba.cl/2019/10/el-proposito-de-los-medios-tradicionales-no-es-informar-es-dar-forma-a-la-opinion-publica-segun-los-intereses-del-poder2/ Consulta realizada en abril 2020.
[3] Véase https://es.wikiquote.org/wiki/Jean-Paul_Sartre Consulta realizada en abril 2020.
[4] William Randolph Hearts, aquél en quien se basó Orson Welles para su obra cinematográfica de “Ciudadano Kane”.
[5] Véase https://www.nodo50.org/redoesteparia/Citas-La%20ganader%C3%ADa%20Elegida-3-Guerra%20y%20cloacas%20de%20Estado.html Consulta realizada en abril del 2020.
[6] Recordar en este punto el hundimiento del acorazado USS Maine el 15/02/1898 acusando a los españoles de su hundimiento para avivar los ánimos bélicos en la zona con claros intereses norteamericanos.
[7] BAÑOS, Pedro. Así se domina el mundo. Ed. Ariel. p. 279.
[8] Véase http://www.bbc.com/mundo/noticias-43472797 (Consulta realizada en abril 2020)
[9] La teoría funcionalista de Niklas Luhmann toma como unidad de análisis el sistema social, entendido como un conjunto interdependiente de elementos culturales y estructurales, que se toma como un todo. BUSQUET DURAN, Jordi, MEDINA CAMBRON, Alfons, SORT i JANE, Josep. La investigación comunicativa. Principales escuelas y tradiciones. Apart. 1. Materiales UOC. 2020.
[10] Teoría crítica impulsada por la escuela de Frankfurt.
[11] Las “mainstream media” son grandes empresas y corporaciones que venden un producto a un comprador, siendo su mercado los anunciantes, y el producto es la audiencia.
[12] Visto en la obra de Pedro Baños, “Así se domina el mundo”, p. 282. Ed. Ariel.